Alargada, ligeramente curvada, la piel es gruesa, verdosa y la pulpa blanca. La pulpa tiene una consistencia harinosa y su sabor, a diferencia de otros plátanos, no es dulce ya que casi no contiene carbohidratos simples ni azúcares. Es una fruta con un alto contenido en carbohidratos complejos (almidón), por lo que no es apta para el consumo crudo. Es muy rico en minerales como el potasio y el magnesio, apenas contiene sodio y además aporta interesantes cantidades de vitamina B, aunque la mayoría de ellas se pierden durante la cocción.